Esta pandemia mundial ha significado un antes y un después en la forma en la que los ciudadanos de a pie han integrado la tecnología en sus vidas. En esa integración no ha podido faltar la nueva forma de consumir a través de internet. Si ya era una tendencia al alza, en tiempos del coranavirus ha sido el despegue final debido al confinamiento de la población.
Ríos de tinta se han vertido entorno a los productos estrella de la venta online, que si impresoras para los niños, tintes para el cabello, piscinas portátiles para afrontar los calores, y por supuesto, el vino.
¿Qué ha pasado con la venta online de las bodegas?
Sencillamente, que les ha pillado de sorpresa y no estaban acostumbradas a vender “tanto” online. Su canal de distribución estrella ha sido desde que el mundo es mundo, la restauración. Miles de botellas se iban directamente a bares y restaurantes. ¿Qué ha pasado cuando este canal falla? Sencillamente, que no estaban enfocados al cliente final, porque siempre ha sido la hermana pequeña de sus ventas.
Cerrado su principal canal de ventas, se han dado cuenta de que una gran parte de la población demandaba sus productos vía internet, y esto, ha hecho reflexionar y remodelar su negocio online a más de uno. De repente se dan cuenta que tener todos los huevos en la misma cesta, era muy cómodo, pero a su vez muy temerario.
Primer consejo del coronavirus: tener un ecommerce optimizado
Hasta la fecha, las tiendas online de las bodegas se montaban casi más por imagen que por otra cosa. Competir con los grandes portales de venta de vino online como Bocadeboca, Lavinia, Vinissimus, etc… es casi un imposible. Por no hablar de la política de precios que nos hace encarecer el producto al cliente final para no hacer competencia desleal a los distribuidores.
Pasando este pequeño drama inicial, nos encontramos el poco interés que las bodegas han mostrado por fortalecer su venta online, sabiendo que en la competición tienen mucho que perder.
Es por eso que nos encontramos con tiendas online de vino que tienen muy poco trabajadas las fichas de los vinos, la política de envíos, los textos de las categorías, las opiniones de los clientes, las fotos de los productos …
Nos encontramos con tiendas online que tienen poco paquetizado el producto, no aportan valor a la hora de mostrar packs personalizados y no tienen implementada una política de ofertas y descuentos para compras recurrentes o carritos abandonados.
Lo primero que nos ha enseñado el coronavirus, es que cualquier canal de venta, por muy pequeño que sea, tiene que estar bien trabajado porque nunca sabes cuándo puede despegar con fuerza.
Segundo consejo: amar el SEO por encima de todas las cosas
Si algo hay en España es vino, vino y bebedores de vino. Vivimos en un territorio donde las uvas dan lugar a grandes caldos y hacerse un hueco en la boca del consumidor es un pelín complicado.
Toda bodega que quiera vender en internet debe entender qué es el SEO y cómo ponerlo en práctica con su web. Primero nos toparemos con el reto de las denominaciones de origen, algunas con más proyección internacional que otras, y que serán el primer escalón para posicionar tu marca en la red.
Si tienes suerte y entras dentro de una D.O. potente, ya sabes que habrá más búsquedas en Google de tu vino.
El segundo eslabón será tu marca. El recorrido que tienen las grandes marcas hacen que por sí mismas sean buscadas en internet para comprarlas, si tu marca no es la más TOP tendrás que amar al SEO por encima de todas las cosas.
Tres pilares SEO que te salvarán de morir en el anonimato de la décima página de Google
- Amar el SEO significa que mimes con cariño todos y cada uno de los textos que haya en tu sitio web, utilizando los términos o palabras clave que buscan los usuarios a la hora de buscar información sobre el mundo de vino. Esto implica que cada semana has de redactar un nuevo texto que le pueda interesar al que es tu potencial cliente. Genera contenido de valor y compártelo en redes sociales. Deja que los usuarios puedan comentar en tu web o interactuar de alguna manera. Este Google, lo puntúa de manera muy positiva.
- Mantener tu web actualizada y limpia de spam. A Google no le gusta el código sucio, los enlaces rotos, versiones desactualizadas, etc… hazle caso, él manda.
- Poner en marcha una buena estrategia de enlaces para tu web.
En resumen, si trabajas el SEO de tu web, los clientes llegarán “por casualidad” y no tendrás que estar pagando costosas campañas de Google Ads para conseguir ventas.
Tercer consejo: tener una estrategia de ventas omnicanal
¿Cuántas veces hemos visto una inversión millonaria en la construcción de una bodega para impactar al visitante y luego nos encontramos una web que hace aguas por todos lados?
El cliente tiene que respirar la marca y transcendencia en todos los canales de comunicación. Tiene que ser capaz de navegar por nuestra marca sin que nada le chirríe. No dar importancia a la comunicación en redes sociales, o al contenido del blog, cuando estamos ofreciendo experiencias absolutamente VIP en la bodega física es un sinsentido.
En la mayoría de las ocasiones nos encontramos que todos los esfuerzos de comunicación de una bodega se nos van en el mundo real, mientras que para el online hay una sola persona alimentando el blog, haciendo las campañas, enviando las newsletters, haciendo los diseños, manteniendo la web, y gestionando las redes… ¿acaso para hacer un edificio no se contratan fontaneros, albañiles, electricistas y carpinteros? ¿Por qué se deduce que una sola persona puede ser brillante a la hora de poner en marcha todas las estrategias digitales? Muy fácil, porque hasta la fecha, la venta online era tan residual que a nadie le importaba demasiado cómo se llevaba a cabo.
El coronavirus ha sido un toque a atención a lo que está por llegar, y si las grandes marcas no ven que tienen que invertir en equipos digitales para conseguir la omnicanidad verdadera, es que no se han enterado de nada.
Cuarto consejo acordarse de fidelizar al cliente
¿Sabes cuánto te cuesta conseguir un cliente? ¡Mucho! Y por eso mismo, deberíamos de tener establecida una estrategia de fidelización de clientes, a través de la automatización. Cuanto más sepamos de nuestro cliente, más felices seremos capaces de hacerle.
Crear contenidos que le puedan interesar, adelantarnos a sus deseos, enviarles ofertas personalizadas, acordarnos de su cumpleaños, celebrar con ellos las festividades… eso, se llama fidelizar.
Si en tiempos del coronavirus hubiéramos tenido una base de datos bien optimizada, podríamos haber creado una estrategia de ventas mucho más eficaz y aprovechar el momento para acercarnos a ellos y ofrecerles nuestro apoyo ¿cuántos lo habéis hecho? A veces, no se trata de vender productos, sino de transmitir valores de marca.
Medir las acciones para valorar su efectividad
Y el último punto está claro. Deberíamos tener bien implementado en Google Analyitcs el módulo de ecommerce mejorado. Saber qué acciones convierten mejor que otras nos permitirá invertir tiempo y dinero en lo que es más rentable para nosotros.
Ver cómo se ha comportado el usuario en tu web en tiempos del coronavirus, te dará un idea de lo que ha fallado y tienes que resolver.
Si no sabes qué canales convierten mejor estás perdiendo dinero, así que no lo pienses más y ponte a ello.
Y dicho esto, siempre habrá un antes y un después del coronavirus hablando en digital. Nunca antes la tecnología había estado tan en primera línea para dar servicio al consumidor. Es un viaje de no mirar atrás.
Autora: Mónica Carratalá
Consultora de Marketing Digital en Irudigital y fundadora de la Escuela de Marketing Digital, Irudilab